viernes, 26 de agosto de 2011

CAPITULO 1

hace unas horas:

-¡Olvídale! Es un capullo.
-No sabe lo que se pierde.

Nat y Celia intentaban consolarme sin resultado. No podía parar de llorar, parecía una niña pequeña.

-Es que…
-¡NI ESQUES NI POLLAS!-grito Nat-eres guapa, tienes un pelo precioso, un tipazo que te cagas y los ojos más bonitos que he visto nunca.
-Pues no has debido de ver muchos ojos-replique
-No seas tonta-convino Celia-además, tu nunca lloras, “eres Sarita la loca…
-…que desmaya a los tíos cuando la tocan”

No tuve más remedio que reír.
-Tenéis razón-dije secándome las lagrimas.
-¿Qué es eso? ¿Una sonrisa?-pregunto Celia.
-No lo creo, lleva cuatro horas sin sonreír, seguramente te lo habrás imaginado, no ves que es rancia por naturaleza..
-¡Oye!-proteste mientras se reían de mí.

Son mis mejores amigas, Celia es reservada, tranquila, cariñosa y te comprende a la perfección. Natalia se parece más a mí, siempre dice lo que piensa sin cortarse un pelo y como las dos actuamos sin pensar, si quieres hacer una locura, puedes contar con ella.
Hacia cuatro horas mi novio Juan, corto con migo tres días después de acostarnos juntos. Llevábamos dos meses saliendo, yo quería esperar, por que mi primera vez no fue como esperaba. Creía que perder la virginidad seria, no se, más… ¿placentero? Pero no, yo estaba pedo en la fiesta del año pasado de Sandra García, hace una todos los años cuando sus padres se van al pueblo, y acabe acostándome con un chico de otro instituto. Me desperté a las cinco de la mañana en su cama, me vestí y sin hacer ruido salí por la ventana. Desde entonces siempre decido esperar por lo menos tres meses. He tenido varias relaciones antes, pero Juan posiblemente era el único que me gustaba de verdad y acabe rompiendo mi regla, ya veis como acabo, y después de 2 días más de sexo me dijo, y cito textual mente:

-Ya tengo lo que quería, así que será mejor que lo dejemos.

En ese momento no llore, salí de su casa con la cabeza bien alta y la dignidad que me quedaba.
-¡SARA!
-Tía, estas en las nubes-dijo Celia.
-Decíamos, que como somos muy generosas, te vamos a invitar a una hamburguesa de un euro entre las dos.
-Cuidado, no os valláis a arruinar-ironice mientras nos reíamos caminando al McDonal de la vaguada.



-¿Ves como te miran esos tíos?-dijo Celia mientras me robaba una patata- no te mirarían si no estuvieses buena, puedes conseguir a cualquiera y mucho mejor que… ¿Cómo se llama? ¿Duan?, ¿Fernán?...
-Os miran a vosotras.
-Yo me liaría con tigo-afirmó Nat en broma.
-Tranquila, yo también-dije.

Nos empezamos a reír las tres cuando los cuatro chicos que nos están mirando se sientan a nuestro lado.

-¿Nos dais una patata?
-Si nos decís vuestros nombres-dijo Nat, nunca despacha a un tío, siempre le sigue el royo.
-Son mis patatas-respondí yo levantando una ceja.
-Pero las hemos pagado nosotras- me dijo Nat y se giró hacia ellos-¿nombres?
-Yo soy Marcos-dice el que nos ha entrado-el es Manu y este Carlos-señala al mas alto y después al rubio mientras estos nos saludaban- y por ultimo Fran.

Madre mía como están los cuatro, y Fran, menuda sonrisa. ¿Por que siempre me gustan los que tienen pinta de malotes?

-¿Y vuestros nombres son…?




Musica