martes, 24 de abril de 2012

CAPITULO 34

El despertador resuena por toda la habitación. Tanteo la mesilla con la mano hasta que lo encuentro y lo tiro contra la pared para que se apague. Creo que más bien que apagarlo lo he roto. Reprimo una mueca. Estoy agotada y solo quiero seguir durmiendo. Me doy media vuelta y vuelvo a cerrar los ojos. Pero en una fracción de segundo, cuando me percato vuelven ha estar abiertos contemplando un rostro, que ahora, dormido, resulta angelical, pero cuando esta despierto, puede resultar frustrante, a la vez que irresistible. << ¿Qué hace Jaime en mi cama?>> << ¡¿Hemos hecho algo?!>> No, no, eso no es posible. Saco mi dedo índice de debajo de las sabanas y toco su cara como si fuese el timbre de una casa. Para saber si es real, o me estoy imaginando que está aquí.

-¿Se puede saber que haces?-me pregunta con voz somnolienta sin abrir los ojos
-¡Uy! ¡Pero si eres de verdad!-digo sin asimilar la situación
-En realidad, puedo ser todo lo que quieras-dice esta vez con esos ojos, que aun siendo marrones, hipnotizan a cualquiera. Se acerca a mi con su sonrisa picara, característica de él
-Creo que tenemos que ir a clase-digo apresuradamente recordando todo lo de ayer

Se destapa y se pone de pie. Esa camiseta de tirantes que lleva deja poco para la imaginación. Valla espalda que tiene. Me muerdo el labio. Él se da la vuelta y me mira. Cuando se da cuenta de cómo le estoy mirando, esboza una sonrisa de triunfo. Agito la cabeza y borro de mi rostro cualquier signo de deseo hacía él.

-Buenos días preciosa- me dice guiñándome un ojo antes de salir de la habitación.
-Gracias-digo antes de perderle de vista, por lo que hizo ayer por mí. La verdad es que se porto como un caballero. Hay que ver lo tonto que es a veces y lo tierno que es otras.

Me ducho y me visto. Llevo puestos unos pantalones cortos y altos, a rallas verticales blancas y negras. Por dentro, una camiseta de tirantes gris, que en la espalda esta escrito con letras azul marino: “Quien dijo que lo importante es participar, no gano nunca”. Me hago una trenza que cae por mi espalda y me pongo unas “converse” bajas del mismo color que la camiseta.

Me encamino hacía el instituto sin esperar a Jaime. Las clases transcurren normalmente. Estoy un poco depre, pero no lo suficiente para que la gente se de cuenta. Suena el timbre de la última hora. Recojo mis cosas. Tengo que ir a la puerta del instituto de Fonsi e Ismael. << ¿Por qué tiene una foto de eso?>>  << ¿Por qué es tan capullo de hacerme chantaje con una foto de eso? >>. Camino por las calles. Todavía me acuerdo de cómo ir. Y eso que ha pasado un año desde que cortamos Ismael y yo. Giro a la derecha, después izquierda. Izquierda de nuevo. Derecha. Izquierda. Derecha. Derecha. Sigo recto y llego. La entrada esta desierta. Ellos salen cuarto de hora después que nosotros. Espero apoyada en la pared de al lado de la verja. Apenas sin darme cuenta, empieza a salir la gente. Los primeros que cruzan la puerta, supongo yo, que son de 1º de la ESO. Sale gente y gente. Los últimos que quedan ya por salir, son los de 4º de ESO, mi curso, 1º y 2º de bachillerato, que caminan a paso lento hacia la entrada, charlando y haciendo el tonto. Muevo mi pierna derecha de arriba abajo golpeando el suelo con impaciencia.

-¿Sara? ¿Qué haces tu aquí?-me pregunta una voz que reconozco al instante- Que agradable sorpresa-me dice con una sonrisa-cuanto tiempo…
-Isma-saludo contenta- pues ya ves, aquí esperando…
-A mi- termina la frase Fonsi rodeando mis hombros con su brazo y apretándome contra él. Reprimo una mueca- ¿Qué tal cariño?
-Hola amor-digo con una sonrisa, mas falsa no se ha visto. Me besa, en la boca, yo aprieto los labios y alejo mi cabeza- ¿Muy bien y tu?-pregunto intentando sonar cariñosa, pero consiguiendo sonar como un robot. Visualizo la cara de irritación de Ismael.

viernes, 20 de abril de 2012

CAPITULO 33

Despierto jadeando en el sofá, el sudor corre por mi frente y unas lágrimas han cubierto mis mejillas. Me cuesta respirar. Hacia mil que no tenia este sueño, bueno, mas que sueño, un recuerdo que aparece en mis sueños. Coloco la mano en el pecho. El corazón me late a mil por hora. Empiezo a ver borroso gracias a las lágrimas que se apelotonan en mis ojos. Creía que lo de los sueños con esa tarde de hace 5 años se habían acabado. Me abrazo a mis rodillas para aplacar este sentimiento de culpa que siempre he tenido. Me vienen imágenes de ese día en el que fui con ella a la compra. Lo mal que me porte con ella. El momento en el que me salvo de ser atropellada. Los meses siguientes en el hospital esperando a que se despertase del coma. Dos años. Dos años esperando que despertase. Cinco años culpándome a mi misma por lo ocurrido. Me balanceo e intento respirar pero solo consigo llenar un poco los pulmones, ni siquiera me percato de que Álvaro y Jaime acaban de entrar a casa con bolsas y se han callado al oír mis sollozos. Mi hermano entra en el salón y se frena al verme, levanto la vista para encontrarme con sus ojos grises llenos de preocupación, no puedo evitar romper a llorar aun más fuerte.

-O…ot…otra ve..vez- consigo decir entre sollozos

No hace falta que le diga nada más, Álvaro me entiende a la perfección. Se sienta conmigo en el sofá y entierro la cabeza en su hombro y lloro con más fuerza aun si es posible. Jaime me mira con preocupación y confusión.

-No fue culpa de nadie-repite mi hermano, después de mucho tiempo, esa frase que he escuchado tantas veces, pero que solo de su boca suena sincera
-S..si..si lo fu..fue-repito yo también
-Jaime, Trae un vaso de agua, por favor-le pide Álvaro
-Claro-contesta Jaime como un robot dirigiéndose a la cocina, una de las pocas veces que le veo sin su sonrisa característica

La camiseta de Álvaro se oscurece por donde caen mis lágrimas. Me pone una mano en la cabeza y me pega más a él. Me tranquilizo poco a poco, bebo el vaso que a traído Jaime, aunque este ya no se encuentra presente. Mi hermano me susurra palabras de consuelo, que hacen mella en mí hasta que dejo de llorar. Seguimos abrazados así, una hora más. Mis parpados empiezan a cerrarse y Álvaro se percata de ello. Me coge en brazos como si fuese una niña pequeña y me lleva a mi habitación. Me deja en la cama.

-No quieres cenar ¿no?-niego con la cabeza-Bueno, buenas noches pequeña-dice dándome un beso en la frente antes de marcharse- si necesitas algo, tan solo llámame
-Gracias-susurro

Me meto debajo de las sabanas y me siento apoyando las rodillas contra mi pecho y rodeándolas con los brazos. Sigo sintiendo ese agujero en el pecho, pero me siento mucho mejor. Solo mi hermano sabe que hacer con estas situaciones, no tiene que hablar mucho, solo abrazarme y decirme unas pocas palabras que me hagan sentir bien.

Me froto los ojos con las manos. Seguro que estoy horrible de tanto llorar. Esbozo una sonrisa triste.

-Sara…-dice Jaime con cautela entrando en mi habitación, ya con el pijama puesto. Unos pantalones largos a cuadros y una camiseta de tirantes que deja ver sus músculos- ¿Te encuentras mejor?
-Si-respondo-Gracias
-Bueno-suspira rascándose la cabeza, se ve que estos asuntos no se le dan bien-no se lo que ha pasado…pero si quieres contármelo o necesitas algo tan solo llámame- dice con las mismas palabras que mi hermano, pero con un deje nervioso-bueno…adios…

Da media vuelta para salir de mi cuarto.

-No me dejes sola- le sujeto por la camiseta con unas lagrimas aflorando en mis ojos- No me dejes sola-repito con voz quebrada

Me mira asombrado. Pero no pone ninguna pega y no dice palabra. Tan solo se mete con migo en la cama y yo, ante su sorpresa, me entierro entre sus brazos…

jueves, 19 de abril de 2012

CAPITULO 32

-Estas de coña ¿no?-le pregunto soltando una carcajada- ¿Yo…salir contigo?
-Como veo que no estas muy por la labor, solo tendrías que hacerte pasar por mi novia, nada mas-me dice el pelirrojo
-¿Y por que iba yo, ha hacerme pasar por tu novia?-pregunto de nuevo- ni si quiera se tu nombre…
-Fonsi Fresnada-se presenta cogiendo mi mano y dando un beso en el dorso- Sabes quien es Ismael Diez ¿verdad?
-Si-digo recelosa cuando menciona a mi exnovio con el que salí el año pasado
-Pues, la cuestión es, que mi hobby, es quitarle las novias-me dice sin ningún remordimiento-y está empezando a ser aburrido, son todas tontas, demasiado fáciles, quitárselas es demasiado sencillo-me explica ante mi cara de “póker”- Y el otro día, les escuche hablar, por casualidad, en clase, de ti- alzo una ceja. Él hace un silencio- No hagas eso, que yo no se-refunfuña. Me rio-…el caso, decían, que tú acababas de cortar con un tal Juan, y que estabas libre, y que saliste con Ismael y tal y tal y tal…así que pensé: <<Si le interesa a Isma que ella esté libre, es porque todavía le gusta>>. Y el resto te lo puedes imaginar
-Si, me lo imagino bastante bien-digo con una mueca- Pues lo siento, pero no te voy a ayudar

Me voy por donde he venido cuando escucho a mi espalda:

-¿Y que tal si te enseño esto?-me doy la vuelta

Lo que me encuentro me hace abrir los ojos como platos. Me dirijo rápidamente hacia Fonsi.

-¿De donde la has sacado?-pregunto enfadada a la vez que intento coger la fotográfica que tiene en la mano. La aparta ágilmente lejos de mi alcance.
-Tengo esta misma foto en el ordenador-me informa- y con un solo “clic” la puedo enviar a todo el mundo-me tiemblan las piernas
-No harías eso-digo más para mi misma que para él con un débil tono de voz
-¿Tu crees?-pregunta- en que alta estima me tienes ¿no? ¿Tu respuesta sigue siendo la misma?

Dudo. Miro la foto. Después a él. Tiene una sonrisa de triunfo en el rostro. Vuelvo la vista a la fotografía de nuevo. Él. Foto. Él. Foto. Él Foto. Respiro. Él. Foto. Él. Foto. Suspiro

-Está bien-digo entre dientes cediendo a su chantaje
-Es un placer hacer negocios contigo-dice tendiéndome la mano. La rechazo- mañana es lunes, así que, espérame a las tres en la puerta de instituto, ya sabes cual es, el mismo que el de Ismael. No faltes, o envío la foto.
-Allí estaré-contesto secamente. Me alejo de él para retirarme a mi casa cabreada
-¿No me das un besito de despedida amor?-me grita. Levanto el brazo derecho y alzo el dedo corazón en dirección a él, sin darme la vuelta, antes de desaparecer en una esquina.

Llego a casa y subo a mi cuarto aturdida. ¿De donde saco la foto? ¡Ni si quiera sabía que alguien había sacado la foto cuando paso eso! Me muerdo las uñas nerviosa. Cuando me doy cuenta agito las manos  y saco mi pijama, que consiste en una camiseta ajustada de Bob Esponja y un culoté gris con encaje negro en los bordes. Son solo las 20:15, pero no voy a salir a la calle así que me pongo el pijama No me apetece estar sola en mi cuarto. Aunque la casa está vacía.
Bajo al salón y me tumbo en el sofá. Me vienen los recuerdos de Mario y yo en este mismo sofá, hace tan solo ¿una? ¿Dos semanas? No lo se, el tiempo pasa muy rápido. Seguro que si mi hermano supiera lo que paso, no volvería a tocar este sofá. Yo no lo haría. Desde que corté con Juan, todo ha sido un lío. Cosas buenas han venido, pero sobre todo malas. Como lo de Fonsi << ¿Quién se cree que es?>> Encima, el muy cabrito me hace chantaje. Me vienen a la mente Ismael. Salí con él, el año pasado, en 3º ESO. Salimos 4 meses y medio. No fue una de mis mejores relaciones, pero me lo pase bien cuando estaba con él.
¿Por que Fonsi le roba las novias? ¿Cómo se puede ser tan rastrero para hacer algo así?
Si no tuviese esa foto en su poder…se iba a enterar de quien es Sara Méndez Muñoz. Bostezo. Enciendo la tele y pongo Boing. Están dando Malcom. Me pongo a verlo, pero en segundos, me duermo poco a poco en este comodo sofá.

<<Camino por la calle con mi madre, llevamos las bolsas de la compra. Estoy enfadada por que me ha hecho acompañarla.
Estaba ocupada hablando con Nat, discrepábamos sobre si Celia debería unirse a nuestro dúo, para ser un trío. Yo opinaba que sí, Nat decía que no, nunca confía en los demás lo suficiente, ni siquiera en alguien tan angelical como Celia. De vez en cuando mi madre comenta algo y yo, sonrío sin ganas para que crea que estoy escuchando. Seguimos caminando, yo un poco mas por delante que ella. Oigo un claxon, despierto de mis pensamientos, estoy en medio de la carretera cruzando el paso de cebra con el semáforo en rojo para peatones. Una mujer grita y siento un empujón que me hace caer al suelo dos metros mas para adelante. Cuando me doy la vuelta, solo veo las bolsas de la compra en el suelo, y la mitad de los productos fuera de ella desperdigados por la carretera, un charco de sangre, y el cuerpo de mi madre bajo las ruedas de un BMV gris>>

viernes, 13 de abril de 2012

CAPITULO 31

Abro la boca pero de mi garganta no sale ningún sonido. Jaime me sonríe, me mira a la cara y de vez en cuando sus ojos otean mi cuerpo. Me tapo como puedo con ambas manos y él sigue sosteniendo mi cintura. Tengo los ojos como platos y noto como el calor sube a mis mejillas. No se como reaccionar, <<Esto no está pasando>> me digo. Escudriño yo también a Jaime y analizo la situación. Estoy en la ducha. Con Jaime. Desnudos. A tres centímetros de distancia. Y tengo la necesidad de acercarme más. Por suerte consigo controlarme.

-Suel…suéltame y sal de aquí…-consigo decir
-¿Sabes que estas muy guapa cuando estas nerviosa?-me susurra nuevamente enrollando un mechón mojado de mi pelo entre sus dedos.

Me late el corazón a mil. Agacho la cabeza. Pero lo que veo más abajo entre sus piernas solo provoca aumentar más mi nerviosismo. Levanto la vista rápidamente de nuevo y vislumbro, entre las gotas de agua que caen en mi cara, a Jaime con una sonrisa divertida.

-Pues me voy yo-digo

Voy a correr la cortina para salir pero solo consigo resbalarme y caer encima de Jaime, que me sujeta tocando pecho contra pecho.

-¿Te quieres ir y te tiras encima de mí?- pregunta acariciándome la mejilla- eso es un poco contradictorio…

Estamos nariz con nariz, nuestros labios a un centímetro de distancia entre sí. Nos miramos a los ojos para después mirar los labios del otro. Nuestras bocas a punto de rozarse.

-Sara-nos interrumpe mi hermano abriendo la puerta-me voy a la calle con Irene ¿va?

Despierto de la ensoñación y antes de que me bese, coloco mi mano en la boca de Jaime para que no haga ningún ruido. << ¿Pero que estas haciendo con Jaime, Sara?>>

-Va…le-mi voz sale demasiado aguda y carraspeo- Vale, cierra la puerta.

Espero en silencio, en la misma posición tapando la boca de Jaime. Se cierra la puerta del baño, después la de mi cuarto, y un minuto después la de la entrada. Retiro la mano, descorro la cortina, salgo y me envuelvo en la toalla, dejando a Jaime solo en la ducha. Antes de salir por la puerta escucho a Jaime maldecir.

Me tumbo en mi cama con los ojos abiertos. No me puedo creer lo que acaba de pasar. Me cubro la cara con las manos.

-Soy yo o hace mucho calor aquí- digo en voz alta

Me abanico con una mano y me digo <<Será por el agua caliente de la ducha, no por Jaime>>
Me repito está frase unas cuantas veces más. Y mientras Jaime sigue en el baño, me visto y me seco el pelo. He quedado en tres horas con Mister número privado. Me enfundo en unos pitillos rotos  y una camiseta de Sex Pistols, uno de mis grupos favoritos. En ella sale Sid Vicius poniendo una cara de subnormal, que cada vez que la miro me hace reír. Me calzo mis Dr. Martens de punta de acero de color granate y dejo la chaqueta de cuero en la silla para ponérmela después. Meto la navaja en el bolsillo y el spray anti-violadores en el bolso.
A lo mejor la cosa no es para tanto, pero prefiero estar preparada. Enciendo el portátil y le envío un privado a Nat y a Celia contándoles el incidente de la ducha.
Si no fuese por Álvaro nos hubiésemos besado. Me muerdo el labio inferior, << ¿En que estabas pensando para CASI besar a Jaime?>> << ¡Qué es Jaime!>>
Esto no ha pasado, no ha pasado. Cojo mi bajo y empiezo a tocar: “Snow” de Red Hot Chili Pepper seguida de “Blitzkrieg Bop” de Ramones. Disfrutando de los sonidos graves de mi Fender Jazz Bass amarillo crema, con el golpeador granate. Me lo cambiaron cuando tenía tan solo 10 años por una cámara de fotos profesional. No me acuerdo que cámara era pero no me he arrepentido ni una sola vez del cambio. Al tío le gustaba la fotografía, me acaban de regalar la cámara,  y yo, quería un bajo.

Sale Jaime del baño con la toalla en la cintura con el pelo mojado. Le miro y vuelvo a notar ese calor por todo el cuerpo. Aparto la mirada y sigo tocando. Y cuando vuelvo a mirar, ya no esta. Entre acorde y acorde dan las 7:15. Apago el Marshall, coloco mi bajo en el pie y cojo el bolso y me pongo la chaqueta. Me doy el visto bueno y salgo de casa.

Cuando llego al callejón del Apolo. No veo a nadie y ya son y media. Por un momento pienso que todo ha sido una broma pesada cuando escucho unas pisadas. Saco el spray y apunto con el.

-¡Si me vas a hacer algo raro te juro que te dejo ciego y te doy una patada en los huevos  que tu madre se va a quedar sin nietos!- le aviso- son de punta de acero-le digo señalando mis botas.

-¿Tú eres Sara Méndez?- me pregunta un chaval pelirrojo que ha puesto los brazos en alto y riéndose dándome a entender que me tranquilice. Asiento con la cabeza
-La que viste y calza-respondo

Me relajo y meto el spray en el bolso. Le analizo más detenidamente. Es más alto que yo, aunque eso no es difícil. Tiene los ojos verdes con una mirada traviesa al igual que la sonrisa que queda perfecta con su pelo alborotado. Está claro que Dios le ha agraciado de tal forma que es difícil resistirse a su belleza. Y se nota que él ya sabe todo eso. Seguramente se tirara a todo lo que tiene curvas. Típico chico que seduce a chicas tontas para que se enamoren de él, se las lleva a la cama y luego nunca las vuelve a llamar.
Pero yo no soy tonta, y yo también he hecho esas cosas, con hombres, pero se perfectamente de que va el juego.

-Parece que es verdad lo que dicen…-me mira con esos ojos traviesos y se acerca a mí
-¿Y lo que dicen es…?-pregunto secamente
-Que tus ojos grises hipnotizan a cualquiera y cuando el sexo opuesto te mira dan ganas de hundir las manos en tu pelo y perderse en tus curvas, y al parecer tienes carácter…como a mi me gusta…

Me quedo en silencio un momento, momento en el que el interpreta que me tiene en el bote. Pero ni por asomo.

-¡¿Pero que coño le pasa hoy a la gente con mis curvas?!-pregunto retóricamente recordando a Jaime-¿Qué cursilada es esa que acabas de decir?-percibo como parpadea sorprendido- Mira, a mi no me vas a camelar tan fácil, así que ve al grano y dime ya por que me has llamado, porque hoy no estoy de humor para chorradas…

-Está bien, he venido a pedirte un favor…

miércoles, 11 de abril de 2012

CAPITULO 30


Resulta que Pedro no es tan mala persona…pero todavía no me fío de él. Celia es muy confiada, demasiado. Llego a casa y abro la puerta. Dejo las llaves en la mesita de la entrada

-¡Ya estoy aquí!

Nadie contesta. Se oye música muy alta en el piso de arriba. Subo las escaleras y me planto en la puerta del cuarto de mi hermano, que es de donde viene la música. Abro la puerta para decirle que baje la música y avisarle de que mamá dice que la llame. Me quedo con la boca abierta al ver a mi hermano y a una chica rubia en su cama, COMPLETAMENTE desnudos. Tardo en reaccionar.

-Bueno…-digo tapándome los ojos y reprimiendo una carcajada-  creo que interrumpo pero… os pido que bajéis la música y, Álvaro, la señora Sara Muñoz dice que la llames- digo atropelladamente, refiriendome a mi madre, sin poder contener la risa.
Cierro la puerta apresuradamente y me empiezo a reír por la situación. Se oye decir a la chica:

-¿No habías cerrado la puerta? ¿Y quien es esa chica?- reprime a mi hermano y en la ultima pregunta con un tono celoso

Suelto otra carcajada. Me han oído seguro.

-Tranquila, es mi hermana, y lo de la puerta se puede solucionar ahora mismo…

Me meto en mi cuarto y pongo música. No debe ser agradable escuchar lo que van a hacer. Suena un pitidito en  mi móvil, que me indica que he recibido un mensaje. Numero privado de nuevo. Debe ser el mismo que me ha llamado en la cafetería. Abro el mensaje:

     7:30 en el callejón del Apolo. No faltes. Tengo algo q te interesa. FF

¿FF? ¿Quién es? La curiosidad me puede. ¿Voy o no voy? ¿Voy? Si, voy, no creo q me pase nada ¿no? Por si acaso, llevare spray anti-violadores, una navaja y las Martin´s de punta de acero. Me se defender, de algo habrán servido las clases de Krav Maga.
Voy a darme una ducha para despejarme. Me paso bajo el chorro 10 minutos sin hacer nada. Pensando en las 2 ultimas semanas,  en Juan, en Jaime, en Fran, en Mario, en Pedro y Celia, intentando olvidar a mi hermano con es rubia de bote… Estoy ensimismada en mis pensamientos cuando abren la puerta del baño.

-¡EH! ¡¿No ves que me estoy duchando Cara culo?!- le grito a Jaime tapándome con la cortina
-Es que el de los hombres está ocupado y quería darme una ducha-dice inclinándose con una sonrisa picara gravada en el rostro para ver mis piernas que están al descubierto- bonitos jamones…
-Capullo- le insulto intentando taparme- pues me estoy duchando yo así que te esperas…
-Me puedo duchar contigo, y enjabonarte la espalda, pero tú tendrías que hacer lo propio- me propone señalándome con el dedo y sin quitar esa sonrisa
-No gracias-le contesto con una sonrisa falsa

Se empieza a quitar la camiseta, los zapatos y calcetines, los pantalones… Yo me quedo con la boca abierta <<Vaya tableta… ¿Qué estas pensando Sara?>> me doy una torta para espabilarme y cuando esta apunto de quitarse los calzoncillos le digo:

-¡Para!-me mira- ¿Qu..qu..que haces?
-No querrás que me duche con ropa ¿no?
-Lo que quiero es que salgas de aquí-le señalo la puerta. Aun corre el agua por mi espalda
-Lo dudo por como me estabas mirando hace un momento…

Me muerdo el labio con rabia y cierro la cortina para no ver su cara.

-¡LARGATE!
-Que guapa estas cuando te enfadas-dice al otro lado de la cortina

Se oye la puerta cerrarse y respiro tranquila << ¿Qué coño le pasa hoy a la gente?>>. Le doy la cara a la pared  y cierro los ojos dejando caer el agua en mi cara. Pero la tranquilidad no dura mucho cuando noto unas manos en mi cintura…

-Bonitas curvas princesa…-susurra Jaime a mi oído

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